Este noviembre se cumplen diez años de la muerte de Manuel Zapata Olivella y que mejor que rendirle un homenaje al afrocolombiano más lucido de nuestra historia, por sus libros, por sus viajes, y sobre todo por su legado etnocultural, pedagógico e incluyente a la diversidad de esta nación mestiza. ¡Qué mejor que hacerle un homenaje a su vida académica e intelectual, y que justamente sea la Universidad del Cauca desde la Facultad de Derecho Ciencias Políticas y Sociales el guía y el timón del evento!

 

Manuel Zapata Olivella nació en la Lorica - Córdoba en 1920 y murió en Bogotá en el año 2004. Estudio Medicina en la Universidad Nacional, donde obtuvo su título en 1948. Viajo por centro América y Estados Unidos entre 1943 y 1947, productos de estos vagabundajes son los relatos "He visto la noche" y “Pasión vagabunda".

 

Con este congreso mundial en homenaje a Manuel Zapata Olivella, nos proponemos difundir su pensamiento sobre la sociedad, la historia y la novela en América Latina, en el Caribe y Europa, y por supuesto en Colombia donde sus libros, y su pensamiento a pesar de la exclusión académica y de la invisibilidad social, se nombra cada día más.

 

Creo que el gran equívoco de la intelectualidad colombiana con Olivella es creer que él solo escribió para afros, pero no es así. Si bien es cierto que él da más significación a los personajes afros, no ignora a los otros actores del mestizaje colombiano y americano (Zambos, Amerindios, Mestizos, Mulatos).

 

Es sobre este soporte social e histórico de la multiculturalidad y diversidad étnica en el que se apoya la escritura y la antropología cultural del novelista Loriqueño. Zapata Olivella es un humanista, un pensador universal, un maestro planetario, un novelista decolonial, y un americanista lucido, no un folclorista como dijo cierto intelectual colombiano; pues, es la libertad del hombre, los problemas del mestizaje, la cuestión ecológica, las injusticias sociales, la naturaleza del poder político y la distribución asimétrica de las riquezas entre ricos y pobres, herencia del mundo colonial, las hondas preocupaciones de su pensamiento intelectual, sociopolítico y cultural.

 

Basta leer la Rebelión de los Genes, El Hombre Colombiano, Las Claves Mágicas de América o Levántate Mulato para darnos cuenta que el asunto principal es el acceso igual a la cultura, al conocimiento para la afirmación de la verdadera dignidad humana. Según sus propias palabras, uno de los motivos por el cual la modernidad nunca funcionó en nuestra geografía fue porque nos avergonzamos de nuestra identidad amerindio afro europea para defender una supuesta pureza artificial de lengua, raza y clase que nunca existió porque fue una gran mascara.

 

El tema de Changó, El Gran Putas, no es distinto al del humanismo, al de la libertad, al de la fraternidad, al de la memoria del Muntú que los africanos le devuelven hoy a Occidente, una filosofía del amor sin rencor a una civilización que se debate en medio del caos político, social y ambiental.

 

Sus temas siempre insistentes son la identidad, la multiculturalidad, la etnicidad y la libertad del hombre más allá de las ideologías, de las razas, de las clases y de las religiones. Su pensamiento intenta responder a estas búsquedas universales que la gran literatura filosófica siempre planteó: la libertad.